Skip to main content

¿De verdad alguien quiere fracasar?

¿Te ha pasado que decidiste empezar una dieta y terminaste comiendo pizza?
¿O que te sentaste a estudiar y, sin darte cuenta, pasaste horas en redes sociales?
Entonces, probablemente te dijiste: “Me autosaboteé”.
Pero… ¿realmente existe algo llamado autosabotaje?

El término suena profundo, incluso poético, pero si lo analizamos con cuidado, más confunde que explica.

LO QUE EL MITO DEL AUTOSABOTAJE ESCONDE

La idea del autosabotaje sugiere que, de manera inconsciente, arruinamos nuestros propios planes. Sin embargo, ¿quién podría querer fracasar a propósito?

La realidad es más compleja —y más humana—: cuando actuamos en contra de nuestros objetivos, no es porque deseemos fallar, sino porque enfrentamos obstáculos internos o externos.

Por ejemplo:

  • La procrastinación no es autosabotaje: es una estrategia fallida para evitar la ansiedad.
  • Comer en exceso no es autosabotaje: es una respuesta emocional a la frustración o al cansancio.
  • No cumplir un hábito no es autosabotaje: puede ser falta de recursos, apoyo o energía, no falta de voluntad.
EL PROBLEMA DE CULPAR AL INCONSCIENTE (Y A NOSOTROS MISMOS)

Cuando usamos el término autosabotaje, ponemos la culpa en la persona, como si tuviera un deseo secreto de fracasar.
Y si lo justificamos apelando al inconsciente, caemos en una teoría imposible de refutar.
Como dijo Karl Popper:

“Una teoría que lo explica todo, no explica nada”.

Llamar autosabotaje a todo lo que no entendemos puede darnos una falsa sensación de explicación, pero no nos acerca a la comprensión real del problema.

Entonces… ¿qué hacer en lugar de hablar de autosabotaje?

La psicología no busca culpables: busca causas reales y contextos.
En lugar de pensar “me autosaboteo”, podríamos preguntarnos:

  • ¿Qué emoción estoy evitando?
  • ¿Qué necesidad no está siendo escuchada?
  • ¿Qué recursos me faltan para sostener este cambio?
  • ¿Qué parte de mí necesita más comprensión que disciplina?

Explorar esas preguntas nos ayuda mucho más que culparnos por “arruinarnos la vida”.

EN RESUMEN

El llamado autosabotaje no explica por qué fallamos: solo pone una etiqueta culposa sobre una experiencia humana.
Fracasar no es un acto de autodestrucción, es un síntoma de algo que necesita comprensión, no juicio.

Así que la próxima vez que te escuches decir “me autosaboteé”, haz una pausa y pregúntate:

¿Qué hay detrás de esto que no estoy viendo?

Las explicaciones fáciles rara vez son las correctas.
Y la psicología, cuando se practica con profundidad y empatía, no busca culpables… busca sentido.

Idea del artículo: Dr. Sergio Ramirez

Leave a Reply