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En la primera parte de este artículo, vimos como la creencia que tenemos sobre el carácter de Dios es lo que determina el efecto de la oración sobre nuestra salud mental.

Muchos nos preguntamos si la frecuencia de la oración se relaciona con mayores o menores índices de ansiedad, y la respuesta es que no es la frecuencia, sino el tipo de oración lo que marca la diferencia.

¿Qué quiere decir esto? El estudio describe tres tipos de oraciones:

  • Meditativas
  • Coloquiales
  • Ritualizadas

 

La oración meditativa tiene que ver con la cercanía y la intimidad en la reflexión y la comunicación con un Dios amoroso que ofrece apoyo. La oración coloquial va un paso más allá, pide orientación en la toma de decisiones y ruega por bendiciones para el mundo en sufrimiento.

Estos pedidos están destinados a hacer un mundo mejor en lugar de solo buscar el bienestar personal.

La oración ritualizada, es menos íntima y por lo general implica repetir oraciones o versos de memoria.

En general, las oraciones meditativas y coloquiales se han relacionado con mayores índices de salud mental, incluyendo el bienestar emocional, en contraste con la oración ritualizada.

Las personas que oran de manera coloquial o meditativa regularmente tienden a sufrir menos síntomas relacionados con la ansiedad, como ser: la timidez, el miedo, la preocupación, el temor a situaciones sociales y viven una religión con mayor fidelidad, generando una mayor cantidad de vínculos sociales de apoyo y percibiendo un mayor sentido de propósito en la vida.

*Fuente: Sociology of Religion (2014) Prayer, Attachment to God, and Symptoms of Anxiety-Related Disorders among U.S. Adults, 75:2 208-233

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