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El programa fue una experiencia que ha marcado mi vida. Cuando vi la invitación de
PsySon estaba atravesando un momento difícil emocionalmente, así que al ver lo accesible
que era económicamente y que ofrecían lo que necesitaban, me inscribí.
Estas 6 semanas fueron muy especiales, me permitieron abrir mis ojos y notar asuntos en
mi vida que pasaban desapercibidos, como la calidad de mis pensamientos, la gratitud, el
valorar mis logros, el fortalecer mi autoestima, el establecer buenas relaciones con los
demás y lo más interesante de todo, que iba fundamentado en la Palabra de Dios.
Las actividades, las lecturas, reflexiones y compañerismo llenaron mi corazón. Aunque
haya terminado estas semanas, sigo motivada para continuar mi crecimiento personal.
Kenia Morales – México
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Para mi este programa significó un crecimiento integral. Ahora la vida es otra, pero no
porque cambió, sino porque yo pienso diferente. Además, en cada actividad propuesta
sentí a Dios amándome, restaurándome y ayudándome en lo difícil
Rafaela Valenzuela – Chile
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El programa "Aprender a ser feliz" me ayudó a sanar heridas del pasado, a amarme con
mis virtudes y errores, y a perdonarme. Entendí que necesitaba sanar para poder
relacionarme con los demás amorosamente y ser feliz. Y que ¡puedo elegir ser feliz a pesar
de las circunstancias!
Jasmín Tito – Argentina
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Una de las razones por la que tomé parte de este proyecto, fue porque tenía plena
seguridad del buen trabajo que PsySon hace. No puedo dejar de agradecerles por el buen
material y la calidad humana que encontré en el programa "Aprender a ser feliz”. Aprendí
muchísimo, me liberé de cargas e identifiqué otras, que en el transcurso del curso fui
luchando con Dios para dejarlas. Aprendí a ver a Dios de otra forma, más positiva, más
cálida. y eso fortaleció aún más mi fe.
Este programa me ayudó a fortalecer aún más mi autoestima.
Animo a tod@s aquell@s a ser parte de este programa corto y dinámico.
Verónica Mercado – Chile
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Quiero expresar mi gratitud a Evelin Bruno y a todo el equipo que hizo parte del
programa Aprender a ser feliz, un programa que me enseñó y me motivo a amar a Dios y
amarme a mí misma. Cada ejercicio, cada palabra, cada encuentro lleno mi vida de alegría,
ya que por mucho tiempo había tratado de encontrar paz y felicidad en otros lugares, pero
con este programa pude mirarme a mí misma y encontrarme con un Dios maravilloso que
quiere que me ame y que sea feliz. Me siento dichosa y con la seguridad de poder avanzar
porque aprendí a ser feliz.
Vilma Nuri Rubiano - USA
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Cómo resumen, por qué realmente cambio muchas cosas en mí, quisiera destacar que
el curso me resultó muy revelador.
Cambió mis semanas desde el primer día. Me enseñó a verme de otra manera: más san; y
como resultado de esa transformación, ver a los demás también de manera diferente, más
sana.
Me ayudó mucho a bajar la ansiedad y la autocrítica, desde la visión del amor.
Y lo más fundamental es que mi relación con Dios cambió para mejor, con una mayor
intimidad.
Hoy gracias al curso reconozco que mi crecimiento y mis metas son un proceso y no un
suceso.
Muchas gracias a todo el equipo de PsySon, en especial a la licenciada Evelyn Bruno por su
contante acompañamiento en cada uno de los procesos.
Denisse Pereyra – Argentina
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Aprender a ser feliz fue una propuesta que me llamó la atención. ¿Se puede lograr una
formación para SER FELIZ? Para responder a mi pregunta decidí participar. Encontré un
grupo de personas que compartían la misma curiosidad (¿o necesidad?) y con ganas de
educarse en esta área tan importante de la vida. Encontré una líder de grupo
profundamente espiritual e interesada en nuestro bienestar que nos acompañó a cada
participante en forma personalizada durante todo el proceso. Y lo más importante... me
encontré conmigo misma.
Así comencé ese aprendizaje y el proceso continúa y... ¿sabés una cosa? estoy feliz por esa
decisión.
Rossana Genta – Argentina
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Este programa me permitió saber que se puede aprender a ser feliz. Me di cuenta que
puedo trabajar mis pensamientos y ser una persona que piensa positivamente, que puede
ser optimista, y practicar la gratitud como virtud que sana vínculos y los mantiene vitales.
Lo recomiendo a todo aquel que quiere disfrutar de la vida de una forma maravillosa.
Clarisa Taboada - Argentina
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Quiero agradecer la iniciativa de PsySon en crear el "Programa Aprendiendo a ser
Feliz" (¡te lo recomiendo! Es genial!!)
Sin lugar a duda fue y es de gran bendición en mi vida ya que me brindo herramientas
prácticas para valorarme y valorar las personas que tengo a mi lado. Me permitió derribar
estructuras, armar rutinas, detectar mis pensamientos, a ser agradecida y entender que no puedo dar lo que no tengo, por lo tanto, debo invertir en mí y amarme primero para poder amar a los otros. Jesús vino para que tengamos vida en abundancia y en estas 6 semanas pude vivenciarlo en grupo! Simplemente Gracias!!!
Silvina Fucks - Argentina
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Quiero dejar mi expreso agradecimiento a Dios y a PsySon por este programa de entrenamiento. Ha sido una bendición para mi vida como proceso de aprendizaje y cambio. Me motivó a generar hábitos nuevos, positivos y posibles, así pude entender que la voluntad de Dios es agradable y perfecta para mi vida.
Por otra parte, me sirvió para complementar mis conocimientos y prácticas profesionales. ¡Muchas gracias!
Lic. Ana María Oriana
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Agradezco la iniciativa de PsySon, y sobre todo tener una base cristiana. El grupo tuvo fue
dirigido con tanta empatía y amor que realmente fue reflejado el carácter de Dios.
Eliana Prieto de Perú
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Haber participado del programa “Aprender a ser feliz” fue todo un sueño hecho realidad, además me brindó la oportunidad de hacer una pausa para observar y entender cuántas cosas lindas el Señor tiene reservadas para mí, recordar cuanto me ama, y cuánto anhela que yo sea feliz en este mundo, mientras espero su regreso.
Por eso solo digo gracias a PsySon. Dios les siga bendiciendo en su maravillosa labor.
Delfina BrazónVenezuela
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Participar del programa Aprender a ser Feliz fue, en primer lugar, dejar de creer que uno lo sabe todo y empezar a aprender de todo. No escribí los ejercicios solo con las manos, sino también con el alma. Pudimos convertir las páginas en blanco en agradecimientos, sueños, en hábitos positivos, en darle sentido a experiencias, etc. Fue una caricia a la vida. Gracias por esta propuesta
Lic. Alejandra Ortiz - Argentina