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El autocuidado no es una indulgencia. Es una disciplina.

Fuente: Revista Forbes | Autora: Tami Forman | Traducción PsySon

 

La forma en la cual se trata el tema del autocuidado actualmente es total y totalmente al revés. Primero, el autocuidado como concepto está dirigido casi exclusivamente a las mujeres (generalmente mujeres blancas ricas que pueden pagar los bienes y servicios que se les comercializan como autocuidado). La sugerencia no tan sutil, es que las mujeres deben cuidarse a sí mismas porque es necesario luego de cuidar a todos los demás. Y la sugerencia aún menos sutil es que, si bien deben cuidarse a sí mismas, eso no las exime de cuidar a los demás.

Lo que nos lleva a la segunda forma en que la representación actual del autocuidado es al revés, y es que se caracteriza por ser una indulgencia. Esto significa que la práctica del autocuidado es algo que solo a veces se nos permite realizar, y que debe sentirse como una forma de ser benevolentes con nosotros mismos, a pesar de…. ¿Cómo es esto? Piense que solemos relacionar el cuidado personal con productos de baño caros, chocolates de lujo, citas de spa, sábanas con un alto número de hilos de algodón y cremas especiales, en lugar de hablar sobre el poder de dormir lo suficiente. Nos hemos alejado bastante de cualquier cosa que pueda considerarse sana para la mente o el cuerpo.

El autocuidado no es una indulgencia. El autocuidado es una disciplina. Requiere una mentalidad enfocada, una comprensión profunda y personal de sus prioridades, y un respeto por nosotros mismo y por las personas con las que elegimos pasar la vida.

Por ejemplo, el autocuidado es:

  • Apagar la televisión en lugar de ver otro episodio en Netflix porque la alarma se dispara a las 5 am para que pueda ir al gimnasio.
  • Rechazar el segundo trago en una fiesta de la oficina. Incluso podría rechazar el primero.
  • Decir “no” a lo que no quieres hacer, incluso si alguien va a estar enojado contigo.
  • Mantener la independencia financiera.
  • Hacer lo que realmente sea importante.
  • Dejar que otras personas se cuiden a sí mismas.

Si somos honestos, el autocuidado es en realidad un poco aburrido. Por eso el autocuidado es una disciplina. Se necesita disciplina para hacer las cosas que son buenas para nosotros en lugar de lo que se siente bien en el momento. Se necesita aún más disciplina para negarse a responsabilizarse del bienestar emocional de otras personas. Y se necesita disciplina para asumir la responsabilidad total y completa de nuestro propio bienestar.

El cuidado personal también es una disciplina porque no es algo que haces cada tanto cuando el mundo se vuelve loco. Es lo que haces todos los días, todas las semanas, mes tras mes. Se está cuidando a usted mismo de una manera que no requiere que se “consienta” para restablecer el equilibrio. Te invitamos a asumir el compromiso personal de mantenerte saludable y equilibrado como una práctica regular.

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